http://www.comunidadbiker.com MTB por sendero junto a acantilados de la playa de las Catedrales (Praia das Catedrais) en Ribadeo (Lugo - España). Es un conjunto de acantilados excepcional que supera la belleza habitual de las playas del norte de Galicia. Se encuentra entre Foz y Ribadeo, en Lugo, muy cerca de la frontera con Asturias que hace la ría del Eo.
El nombre real es el de playa de Aguas Santas y está situada en la parroquia de A Devesa (Ribadeo). Cuando más se puede disfrutar del paisaje es cuando la marea está baja porqué podemos caminar por la arena entre los acantilados.
En la bajamar, a través de unas escaleras se puede bajar hasta la arena y recorrerla de un lado a otro para ver las grietas, socavones y galerías de rocas que se han ido formando con la erosión del agua.
Dependiendo de la hora del día y lo bajo o alto que esté el sol, veremos como cambian los colores y las formas tan especiales, típicas de la costa gallega del mar Cantábrico.
La playa de Las Catedrales (en gallego: As Catedrais) es el nombre turístico de la Playa de Aguas Santas (en gallego: Praia de Augas Santas), situada en el municipio gallego de Ribadeo (parroquia de A Devesa), en la costa de la provincia de Lugo, España, sobre el mar Cantábrico. Está a unos diez kilómetros al oeste de la localidad de Ribadeo. Es conocida por este nombre debido a la apariencia de sus acantilados. Está declarada Monumento natural por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Galicia.
Lo característico de la playa son los arcos y las cuevas, sólo apreciables a pie de playa durante la bajamar. Durante la pleamar la playa es relativamente pequeña, de fina arena y sigue siendo adecuada para el baño. Es interesante ver la playa con la marea alta recorriendo la parte superior de los acantilados en dirección oeste-este hacia la playa de Esteiro y verla con marea baja sobre la arena de la playa.
Durante la marea baja puede accederse a un largo arenal delimitado por una pared rocosa de pizarra y esquisto erosionada en formas caprichosas: arcos de más de treinta metros de altura que recuerdan a arbotantes de una catedral, grutas de decenas de metros, pasillos de arena entre bloques de roca y otras curiosidades. Con las "mareas vivas" en las que las mareas bajan más y suben más que las mareas normales incluso se puede acceder a las playas vecinas por la arena, aunque eso sí se debe tener precaución y volver antes de que comience a subir la marea ya que el nivel del mar sube rápidamente puesto que se trata de un tramo de costa prácticamente horizontal perteneciente a la Rasa Cantábrica. La playa tiene este relieve debido al efecto de la erosión del viento y del agua salada.
El nombre real es el de playa de Aguas Santas y está situada en la parroquia de A Devesa (Ribadeo). Cuando más se puede disfrutar del paisaje es cuando la marea está baja porqué podemos caminar por la arena entre los acantilados.
En la bajamar, a través de unas escaleras se puede bajar hasta la arena y recorrerla de un lado a otro para ver las grietas, socavones y galerías de rocas que se han ido formando con la erosión del agua.
Dependiendo de la hora del día y lo bajo o alto que esté el sol, veremos como cambian los colores y las formas tan especiales, típicas de la costa gallega del mar Cantábrico.
La playa de Las Catedrales (en gallego: As Catedrais) es el nombre turístico de la Playa de Aguas Santas (en gallego: Praia de Augas Santas), situada en el municipio gallego de Ribadeo (parroquia de A Devesa), en la costa de la provincia de Lugo, España, sobre el mar Cantábrico. Está a unos diez kilómetros al oeste de la localidad de Ribadeo. Es conocida por este nombre debido a la apariencia de sus acantilados. Está declarada Monumento natural por la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Galicia.
Lo característico de la playa son los arcos y las cuevas, sólo apreciables a pie de playa durante la bajamar. Durante la pleamar la playa es relativamente pequeña, de fina arena y sigue siendo adecuada para el baño. Es interesante ver la playa con la marea alta recorriendo la parte superior de los acantilados en dirección oeste-este hacia la playa de Esteiro y verla con marea baja sobre la arena de la playa.
Durante la marea baja puede accederse a un largo arenal delimitado por una pared rocosa de pizarra y esquisto erosionada en formas caprichosas: arcos de más de treinta metros de altura que recuerdan a arbotantes de una catedral, grutas de decenas de metros, pasillos de arena entre bloques de roca y otras curiosidades. Con las "mareas vivas" en las que las mareas bajan más y suben más que las mareas normales incluso se puede acceder a las playas vecinas por la arena, aunque eso sí se debe tener precaución y volver antes de que comience a subir la marea ya que el nivel del mar sube rápidamente puesto que se trata de un tramo de costa prácticamente horizontal perteneciente a la Rasa Cantábrica. La playa tiene este relieve debido al efecto de la erosión del viento y del agua salada.
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